La vieron entrar, entonces cruzaron corriendo toooda la cancha. Se estrecharon en un abrazo intenso, sensible. No, no era un gol. Era una abuela entrando a la escuela, una ronda de alegría, un ¡hola! En el patio, en el aula, en la biblioteca: ¡hola abuela leecuentos!
(van dos fotos de la nona Patry, en la escuela 162, Rosa de Corea. A quienes estén yendo a escuelas, pueden pasar las fotos a abuemadryn@gmail.com)
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